viernes, 31 de enero de 2014

UNA CALLE PARA D. ANTONIO DOMÍNGUEZ VALVERDE


Este sábado día 1 de febrero, vísperas de la Presentación de Jesús al Templo y Purificación de Nuestra Señora, se comenzará a recoger firmas en la Parroquia para que se reconozca la más que meritoria labor del que fuera nuestro párroco y director espiritual D. Antonio Domínguez Valverde, solicitando al efecto que lleve su nombre el tramo de Calle Bailén que corre paralelo a la Parroquia, entre las calles Murillo y San Eloy. La Hermandad de Nuestra señora del Amparo, como no podría ser de otra manera, colaborará en esta tarea ayudando en las mesas de recogidas de firmas que se dispondrán en la parroquia y haciéndose cargo de pliegos para repartirlos entre sus hermanos.

Don Antonio fue párroco de la Magdalena entre los años 1969 y 2004, año en que tuvo lugar su fallecimiento. Además fue Deán de la Catedral desde 1982 y Vicario General de la Archidiócesis de Sevilla desde 1983. Estudió Historia Eclesiástica en la Universidad Gregoriana de Roma y durante muchos años fue Secretario, Jefe de Estudios y Profesor de Historia de la Iglesia en el Seminario Mayor de San Telmo. De talante serio y humilde dejaba ver su cariñosa personalidad en su atención a los más pequeños y a los más pobres, para los que siempre tenía un gesto amable y caritativo. Entendía y atendía a las cofradías con cuidado extremo y en más de alguna situación desagradable hubo de recurrirse a su proverbial dirección espiritual. Aún hoy, a pesar de que falleció hace ya casi diez años, se le recuerda con muchísimo cariño en la Parroquia y en la curia. Sin duda un hombre verdaderamente importante para la ciudad y la Archidiócesis en la segunda mitad del siglo XX.

Confiemos en que el Excmo. Ayuntamiento tenga a bien atender esta solicitud y pueda verse hecho realidad el deseo de tantos de sus feligreses.

Sus restos descansan en la Capilla de San José de la Santa Iglesia Catedral, junto a los del Cardenal Bueno Monreal a quien admiraba.


lunes, 20 de enero de 2014

VISITA COFRADE A LA CIUDAD DE SAN FERNANDO

El pasado sábado día 18 de enero un grupo de oficiales, auxiliares y colaboradores de la priostía de la Hermandad realizó una visita-convivencia a lo localidad gaditana de San Fernando visitando varios templos y hermandades, tanto de penitencia como de gloria. Gratamente impresionados quedamos con la riqueza artística de templos como el Convento del Carmen o la Capilla de la Compañía de María, así como por la gentileza y amabilidad con la que fuimos acogidos por los cofrades isleños. Vaya nuestro agradecimiento en primer lugar a nuestros amigos y futuros hermanos D. Antonio Cosío Guerrero, isleño residente en Sevilla desde hace años, quien preparó una estupenda visita y nos puso en contacto con el cofrade de San Fernando D. Juan José Carrera Rojas, miembro de la Junta Permanente del Consejo de Hermandades de San Fernando, gracias al que se nos abrieron las puertas de las Hermandades que nos atendieron

Muchísimas gracias a D. Salvador Fornell Manito, Hermano Mayor de la Hermandad de Nuestra Señora del Carmen Coronada, Patrona de San Fernando y de la Armada Española, que nos guió en la visita al estupendo templo conventual del Carmen, joya gaditana del barroco, con buenas muestras de la imaginería genovesa del XVIII. Ante la Santísima Virgen del Carmen rezamos la Salve y realizamos una sencilla ofrenda floral.  
Seguidamente visitamos la preciosa y recoleta Capilla de la Compañía de María, de profundas raices educativas en la Isla,  también joya del barroco, en la que estuvo la Regencia de España durante parte de la invasión francesa. Curiosamente la persona en la que recayó la Regencia de España, D. Francisco Saavedra, está sepultado en la Capilla del Sagrario de nuestra sevillana Parroquia de la Magdalena y allí puede verse aún su lauda sepulcral. Seguimos atentamentes la estupenda explicación con que nos deleitó la Madre Virtudes Pérez, de 86 años, con una cabeza privilegiada que nos relató brevemente la historia de la institución docente y de su fundación en San Fernando, describiéndononos las bellezas artístcas de la Capilla. A la salida saludamos también a la Madre Superiora D ª María Luisa Luque.
Tras un paseo por la Calle Real de San Fernando llegamos al cofrade barrio de la Pastora donde amablemente nos esperaba gran parte de la Junta de Gobierno de la Hermandad del Ecce-Homo que nos recibió en su Casa de Hermandad donde disfrutamos de su Sala de Vitrinas y del estupendo almacén para sus pasos procesionales. Muy buena la saya procesional de Ntra. Sra. de la Salud, obra de Rosario Bernardino sobre diseño del Maestro Guzmán Bejarano, autor también del paso de Misterio y muy curiosa toda la colección de insignias marianas en las que se muestra una importante selección de la iconografía más venerada de la Virgen de la Salud en el orbe católico.

Desde allí nos dirigimos hacia la Parroquia de la Divina Pastora. En la plaza nos esperaban también un grupo de hermanos de la Divina Pastora Coronada con su Hermano Mayor, D. Juan José Romero Ruiz, al frente. Importantísimo el patrimonio procesional de esta Hermandad de gloria, que en pocos años ha conseguido un magnífico ajuar con la entrega de todo el barrio, devotísimo de su Patrona, que es también Copatrona de toda la ciudad. La Divina Pastora fue coronada canónicamente en 2004. Impresionantes los faldones, de Fernández y Enríquez y toda la orfebrería en plata, del Taller de los Hermanos Delgado. Ya en el templo parroquial veneramos a la Imagen titular rezando una Salve a sus plantas en compañía también de hermanos de la Hermandad de la Oración en el Huerto, residente también en este templo y cuya dolorosa de Gracia y Esperanza ostenta también el privilegio de ser la primera dolorosa de la Diócesis de Cádiz coronada canónicamente, hecho que tuvo lugar en 2006. La Hermandad de la Divina Pastora tuvo el detalle de entregarnos, como recuerdo de nuestra visita, una preciosa fotografía enmarcada y dedicada de la Santísima Virgen y un ejemplar del libro de la Historia de su Hermandad.
 

Sin movernos del entorno de la Parroquia almorzamos estupendamente en el Bar La Pastora, más conocido como "Casa Naca", rodeado de carteles y fotografías de las cofradías isleñas.



Ya por la tarde visitamos también la neoclásica Parroquia Vaticana y Castrense de San Francisco, de dimensiones espectaculares, dada la importancia militar que, hasta no hace mucho tiempo, tuvo la ciudad y en la que radican cuatro hermandades. En esta parroquia fue bautizado el Cardenal Spínola y precisamente se estaban celebrando cultos en su honor.


Por último visitamos la Iglesia Mayor de San Pedro y San Pablo, en la que radican siete Hermandades, entre ellas la del Regidor Perpetuo, Jesús Nazareno, la imagen de mayor devoción entre los isleños de entre los titulares de Cofradías de Penitencia. En este templo radica también la Hermandad de gloria de San José, Patrón de San Fernando. En resumen una magnífica jornada de la que guardaremos un grato recuerdo. Muchas gracias a todos.



jueves, 9 de enero de 2014

CONCLUIMOS LA PUBLICACIÓN DEL COMPENDIO DEL CATECISMO

 
El pasado martes día 7 de enero concluimos la publicación del Compendio del Catecismo de la Iglesia Católica que veníamos publicando en nuestro blog cada martes y jueves desde el ya lejano 11 de octubre del año 2012. Fue un propósito que nos marcamos con motivo del Año de la Fe declarado por Su Santidad Benedicto XVI y que terminamos después de más de un año. Esperamos hayan sido fructíferas las lecturas de los diferentes epígrafes y hayan servido para documentar y afianzar nuestra fe. En ello confiamos.

El Compendio está disponible íntegro en la página del Vaticano: http://www.vatican.va/archive/compendium_ccc/documents/archive_2005_compendium-ccc_sp.html y está descargable en pdf en la página de la Archidiócesis de Sevilla: http://www.archisevilla.org/archivos_blogs/2.pdf


miércoles, 8 de enero de 2014

EL DOMINGO CONCLUYE EL TIEMPO DE NAVIDAD CON LA FIESTA DEL BAUTISMO DEL SEÑOR.

El Bautismo de Cristo. Anónimo, s. XVIII.
Parroquia de Santa María Magdalena, Capilla Bautismal (Sevilla)

 
El domingo que sigue a la fiesta de la Epifanía, dedicado a celebrar el bautismo de Cristo, señala la culminación de todo el ciclo natalicio o de la manifestación del Señor. Es también el domingo que da paso al tiempo durante el año, llamado también tiempo ordinario.
Hay que felicitarse por esta fiesta, que ha venido a enriquecer notablemente el ya de por sí denso tiempo de Navidad-Epifanía. El significado del bautismo del Señor, múltiple y variado, pues mira no sólo al hecho en sí, sino también a su trascendencia para nosotros, se centra en lo que tiene de epifanía y manifestación:
<Señor, Dios nuestro,
cuyo Hijo asumió la realidad de nuestra carne
para manifestársenos,
concédenos, te rogamos, poder transformarnos
internamente a imagen de aquel que en su humanidad
era igual a nosotros> (col. 2).
El bautismo de Jesús, proclamado cada año según un evangelista sinóptico, es revelación de la condición mesiánica del Siervo del Señor, sobre el que va a reposar el Espíritu Santo (cf. Is 42, 1-4.6-7: 1ª lect.) y que ha sido ungido con vistas a su misión redentora (cf. Hech 10,34-38: 2ªlect.). Ese Siervo, con su mansedumbre, demostrada en su manera de actuar, es <luz de las naciones> (cf. Is 42, 1-9; 49, 1-9 lect. bíbl. Of. Lect). <Cristo es iluminado, dejémonos iluminar junto a él> dice San Gregorio Nacianceno comentando la escena (lect. patr. Of. lect.).
Pero el bautismo de Cristo es revelación también de los efectos de nuestro propio bautismo: <Porque en el bautismo de Cristo en el Jordán has realizado signos prodigiosos para manifestar el misterio del nuevo bautismo> (pref.). Jesús entró en el agua para santificarla y hacerla santificadora, < y, sin duda, para sepultar en ella a todo el viejo Adán, santificando el Jordán por nuestra causa; y así, el Señor, que era espíritu y carne, nos consagra mediante el Espíritu y el agua> (SAN GREGORIO N.: ibid.). Esta consagración es el nuevo nacimiento (cf. Jn 3,5), que nos hace hijos adoptivos de Dios (col.; cf. Rom 8,15).
El fruto de esta celebración en nosotros es <escuchar con fe la palabra del Hijo de Dios para que podamos llamarnos y ser en verdad hijos suyos> (posc.; cf. 1 Jn 3,1-2)
Mons. Julián López Martín
Fuente: Aciprensa

martes, 7 de enero de 2014

COMPENDIO DEL CATECISMO (CXXVIII)

CUARTA PARTE
LA ORACIÓN CRISTIANA

SEGUNDA SECCIÓN
 LA ORACIÓN DEL SEÑOR:
PADRE NUESTRO
 LAS SIETE PETICIONES

587. ¿Cómo está compuesta la oración del Señor? (2803-2806; 2857)
La oración del Señor contiene siete peticiones a Dios Padre. Las tres primeras, más teologales, nos atraen hacia Él, para su gloria, pues lo propio del amor es pensar primeramente en Aquel que amamos. Estas tres súplicas sugieren lo que, en particular, debemos pedirle: la santificación de su Nombre, la venida de su Reino y la realización de su voluntad. Las cuatro últimas peticiones presentan al Padre de misericordia nuestras miserias y nuestras esperanzas: le piden que nos alimente, que nos perdone, que nos defienda ante la tentación y nos libre del Maligno.

588. ¿Qué significa “Santificado sea tu Nombre”? (2807-2812; 2858)
Santificar el Nombre de Dios es, ante todo, una alabanza que reconoce a Dios como Santo. En efecto, Dios ha revelado su santo Nombre a Moisés, y ha querido que su pueblo le fuese consagrado como una nación santa en la que Él habita.

589. ¿Cómo se santifica el Nombre de Dios en nosotros y en el mundo? (2813-2815)
Santificar el Nombre de Dios, que “nos llama a la santidad” (1Ts 4, 7), es desear que la consagración bautismal vivifique toda nuestra vida. Asimismo, es pedir que, con nuestra vida y nuestra oración, el Nombre de Dios sea conocido y bendecido por todos los hombres.

590. ¿Qué pide la Iglesia cuando suplica “Venga a nosotros tu Reino”? (2816-2821; 2859)
La Iglesia invoca la venida final del Reino de Dios, mediante el retorno de Cristo en la gloria. Pero la Iglesia ora también para que el Reino de Dios crezca aquí ya desde ahora, gracias a la santificación de los hombres en el Espíritu y al compromiso de éstos al servicio de la justicia y de la paz, según las Bienaventuranzas. Esta petición es el grito del Espíritu y de la Esposa: “Ven, Señor Jesús” (Ap 22, 20).

591. ¿Por qué pedimos “Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo”? (2822-2827; 2860)
La voluntad del Padre es que “todos los hombres se salven” (1Tm 2, 4). Para esto ha venido Jesús: para cumplir perfectamente la Voluntad salvífica del Padre. Nosotros pedimos a Dios Padre que una nuestra voluntad a la de su Hijo, a ejemplo de María Santísima y de los santos. Le pedimos que su benevolente designio se realice plenamente sobre la tierra, como se ha realizado en el cielo. Por la oración, podemos “distinguir cuál es la voluntad de Dios” (Rm 12, 2), y obtener “constancia para cumplirla” (Hb 10, 36).

592. ¿Cuál es el sentido de la petición “Danos hoy nuestro pan de cada día”? (2828-2834; 2861)
Al pedir a Dios, con el confiado abandono de los hijos, el alimento cotidiano necesario a cada cual para su subsistencia, reconocemos hasta qué punto Dios Padre es bueno, más allá de toda bondad. Le pedimos también la gracia de saber obrar, de modo que la justicia y la solidaridad permitan que la abundancia de los unos cubra las necesidades de los otros. 

593. ¿Cuál es el sentido específicamente cristiano de esta petición? (2835-2837; 2861)
Puesto que “no sólo de pan vive el hombre, sino de todo lo que sale de la boca de Dios” (Mt 4, 4), la petición sobre el pan cotidiano se refiere igualmente al hambre de la Palabra de Dios y del Cuerpo de Cristo, recibido en la Eucaristía, así como al hambre del Espíritu Santo. Lo pedimos, con una confianza absoluta, para hoy, el hoy de Dios: y esto se nos concede, sobre todo, en la Eucaristía, que anticipa el banquete del Reino venidero.

594. ¿Por qué decimos “Perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden”? (2838-2839; 2862)
Al pedir a Dios Padre que nos perdone, nos reconocemos ante Él pecadores; pero confesamos, al mismo tiempo, su misericordia, porque, en su Hijo y mediante los sacramentos, “obtenemos la redención, la remisión de nuestros pecados” (Col 1, 14). Ahora bien, nuestra petición será atendida a condición de que nosotros, antes, hayamos, por nuestra parte, perdonado.

595. ¿Cómo es posible el perdón? (2840-2845; 2862)
La misericordia penetra en nuestros corazones solamente si también nosotros sabemos perdonar, incluso a nuestros enemigos. Aunque para el hombre parece imposible cumplir con esta exigencia, el corazón que se entrega al Espíritu Santo puede, a ejemplo de Cristo, amar hasta el extremo de la caridad, cambiar la herida en compasión, transformar la ofensa en intercesión. El perdón participa de la misericordia divina, y es una cumbre de la oración cristiana.

596. ¿Qué significa “No nos dejes caer en la tentación”? (2846-2849; 2863)
Pedimos a Dios Padre que no nos deje solos y a merced de la tentación. Pedimos al Espíritu saber discernir, por una parte, entre la prueba, que nos hace crecer en el bien, y la tentación, que conduce al pecado y a la muerte; y, por otra parte, entre ser tentado y consentir en la tentación. Esta petición nos une a Jesús, que ha vencido la tentación con su oración. Pedimos la gracia de la vigilancia y de la perseverancia final.

597. ¿Por qué concluimos suplicando “Y líbranos del mal”? (2850-2854; 2864)
El mal designa la persona de Satanás, que se opone a Dios y que es “el seductor del mundo entero” (Ap 12, 9). La victoria sobre el diablo ya fue alcanzada por Cristo; pero nosotros oramos a fin de que la familia humana sea liberada de Satanás y de sus obras. Pedimos también el don precioso de la paz y la gracia de la espera perseverante en el retorno de Cristo, que nos librará definitivamente del Maligno.

598. ¿Qué significa el “Amén” final? (2855-2856; 2865)
“Después, terminada la oración, dices: Amén, refrendando por medio de este Amén, que significa “Así sea”, lo que contiene la oración que Dios nos enseñó” (San Cirilo de Jerusalén).

jueves, 2 de enero de 2014

COMPENDIO DEL CATECISMO (CXXVII)

CUARTA PARTE
LA ORACIÓN CRISTIANA

SEGUNDA SECCIÓN
 LA ORACIÓN DEL SEÑOR:
PADRE NUESTRO

“PADRE NUESTRO QUE ESTÁS EN EL CIELO”

582. ¿Por qué podemos acercarnos al Padre con plena confianza? (2777-2778; 2797)
Podemos acercarnos al Padre con plena confianza, porque Jesús, nuestro Redentor, nos introduce en la presencia del Padre, y su Espíritu hace de nosotros hijos de Dios. Por ello, podemos rezar el Padre nuestro con confianza sencilla y filial, gozosa seguridad y humilde audacia, con la certeza de ser amados y escuchados.

583. ¿Cómo es posible invocar a Dios como “Padre”? (2779-2785; 2789; 2798-2800)
Podemos invocar a Dios como “Padre”, porque el Hijo de Dios hecho hombre nos lo ha revelado, y su Espíritu nos lo hace conocer. La invocación del Padre nos hace entrar en su misterio con asombro siempre nuevo, y despierta en nosotros el deseo de un comportamiento filial. Por consiguiente, con la oración del Señor, somos conscientes de ser hijos del Padre en el Hijo.

584. ¿Por qué decimos Padre “nuestro”? (2786-2790; 2801)
“Nuestro” expresa una relación con Dios totalmente nueva. Cuando oramos al Padre, lo adoramos y lo glorificamos con el Hijo y el Espíritu. En Cristo, nosotros somos su pueblo, y Él es nuestro Dios, ahora y por siempre. Decimos, de hecho, Padre “nuestro”, porque la Iglesia de Cristo es la comunión de una multitud de hermanos, que tienen “un solo corazón y una sola alma” (Hch 4, 32).

585. ¿Con qué espíritu de comunión y de misión nos dirigimos a Dios como Padre “nuestro”? (2791-2793; 2801)
Dado que el Padre nuestro es un bien común de los bautizados, éstos sienten la urgente llamada a participar en la oración de Jesús por la unidad de sus discípulos. Rezar el Padre nuestro es orar con todos los hombres y en favor de la entera humanidad, a fin de que todos conozcan al único y verdadero Dios y se reúnan en la unidad.

586 ¿Qué significa la expresión “que estás en el cielo”? (2794-2796; 2802)
La expresión bíblica “cielo” no indica un lugar sino un modo de ser: Dios está más allá y por encima de todo; la expresión designa la majestad, la santidad de Dios, y también su presencia en el corazón de los justos. El cielo, o la Casa del Padre, constituye la verdadera patria hacia la que tendemos en la esperanza, mientras nos encontramos aún en la tierra. Vivimos ya en esta patria, donde nuestra “vida está oculta con Cristo en Dios” (Col 3, 3).

miércoles, 1 de enero de 2014

FELIZ AÑO NUEVO

FELIZ AÑO NUEVO

Hoy uno de enero en el que la Iglesia celebra la Solemnidad de Santa María Madre de Dios os deseamos un FELIZ AÑO NUEVO 2014 lleno de bendiciones y alegrías en Cristo el Señor.
 
 
 ¡Virgen del Amparo!
Al alma afligida
Tú das en la vida
refugio y consuelo;
tu amor es cual faro
que claro y brillante
marca al caminante
la senda del Cielo.

Bajo el manto cobijados
de tu realeza sagrada,
nos da alientos tu mirada
y tu pecho nos da amor,
y a tus plantas humillados
te pedimos gran Señora
des tu consuelo al que llora
y tu amparo al pecador.

Ruega Señora a ese Niño,
puro amor de tus amores,
mitigue nuestros dolores
y alivie nuestra aflicción;
danos Madre tu cariño
y protege nuestra vida,
y alienta al alma afligida
dándole tu bendición.

Concede tu amparo,
¡oh Reina escogida!,
y marca en la vida
la senda del Cielo,
que alumbras cual faro
que brilla radiante,
dando al caminante
valor y consuelo.
 
(Letra de Enrique Gómez Millán para la Copla de Joaquín Turina compuesta en 1920)